jueves, 1 de enero de 2009

Comienza el año con balas

Comienza el año con balas,
invasiones y bombazos,
con vidas hechas pedazos,
con intenciones muy malas.
Ya se han quebrado las alas
de la paz y está la muerte
contenta por tanta suerte
con que empieza la jornada,
con tanta vida robada
por esta ley del más fuerte.

En la razón del soldado
ya nadie tiene razón,
cuando estalla la pasión
la muerte arroja su dado.
Va cada cual por su lado
odiando al otro con ira,
se hace más grande la pira
en la que arden nuestros sueños
y vamos, perros sin dueños,
llevados por la mentira.

Pero quedar en silencio
es aceptar la razón
del arma, de la explosión,
del "te juzgo y te sentencio".
Es por eso que evidencio
(con más cólera que pena)
mi fe por la gente buena
y mi apuesta por la vida.
Que el miserable homicida
solo tiene mi condena.

Yo condeno el terrorismo
del Estado o la guerrilla.
¿Si somos la misma arcilla
por qué tanto barbarismo?
Maldigo (porque es lo mismo),
por miserables villanos,
a quienes (ciegos gusanos),
en nombre de lo que sea,
hacen arder como tea
mujeres, niños y ancianos.

Maldigo a los generales
y a políticos corruptos
que con torpes exabruptos
siembran muerte, sombra y males.
Sus cálculos inmorales,
su lucro y su conveniencia,
son su fe, su luz, su ciencia,
porque esa raza maldita
(con Dios o sin dios) nos quita
la razón de la existencia.