Caramba, cuánta hermosura, 
cuántas risas verdaderas, 
¡que envidien las primaveras 
—mis amigas— su frescura! 
La esperanza que procura 
verlos juntos y radiantes,  
hace eternos los instantes  
y alumbra la oscuridad; 
los amigos, es verdad, 
nos hacen sentir gigantes.