Nos vamos dejando el alma,
sin vergüenza, con cariño;
palmadas, sonrisas, guiño... ¡Cuánto horror con tanta calma!
Se esfuerza en vano la palma
buscando el sol, que en el juego
de la existencia tan luego
somos de triunfo y derrota;
dioses con el ala rota
rumbo al olvido y al fuego.