Mira el espejo, despierta,
reconoce quién te ve;
no es una cuestión de fe,
se trata de estar alerta.
Nada detrás de la puerta,
recuerda que hoy estás vivo.
Ni ausente ni fugitivo.
Ten valor, lánzate al mar.
En las cosas del amar
sobran razón y motivo.