jueves, 31 de enero de 2008

Mahmud Ahmadineyad: "Irán se acerca a su pico nuclear"



¿Conseguirá bomba Irán?
¿Tendrá de una vez la atómica?
Pues no deja de ser cómica
tanta bomba, tanto afán.
¿Estrenará Teherán
un fabuloso estallido?
¿Tendrá su sueño cumplido
de estar entre los muy pocos
de club "A"? Sarta de locos
con el corazón torcido.

Pero los locos (mejor,
las bestias) son todos ellos
que sueñan con los destellos
del estallido y su horror.
Todos del mismo color,
de una moral putrefacta
que nació la noche exacta
que estalló en Alamogordo
esa bomba. Sueño sordo
de una mente tumefacta.

Todos los del club aquel
son asesinos probados
que en nombre de sus estados
cultivan veneno y hiel.
¿Bush ve como un acto cruel
que Irán tenga su bombita?
¿Si llegó tarde a la cita
del club de locos no cabe?
Si es idéntico el jarabe,
solo cambió el sibarita.

Que todos tengan la bomba,
¡reventemos de una vez!
Será el universo el juez
que vea arder esta tromba.
¿Toda la tierra se comba,
se estremece, se deshace?
Pues bien, si es que el desenlace
será el fin de la existencia,
¡que todos en su demencia
maten al que aún no nace!

¡Bestias, salvajes, traidores
a los hombres y a la vida!
¡Raza de brutos! ¡Suicida
raza de degolladores!
Si la bomba y sus horrores
ha de reventar un día
es porque hay una jauría
de lobos burdos, cobardes,
que confiscarán las tardes,
el futuro y la alegría.

¿Uno más tendrá la atómica?
¿Qué lo convierte en peor?
¿Será cuestión de color
o será cosa económica?
En su maldad astronómica
y su immensa ineptitud
el hombre es un ataúd
que asesina con afán,
sea en nombre del Corán
de la Biblia o el Talmud.