viernes, 1 de enero de 2010

2010

A todos los olvidados,
los conserjes y las putas,
las amantes, los reclutas,
las tristes, los refugiados.
A todos los condenados,
a los verdugos y al juez,
a la anciana y su vejez,
y a la malvada del cuento,
les deseo un nuevo intento,
otra vez, el dos mil diez.