Los países no son nada,
porque -entre bancos y empresas-,
dividendos y remesas
se vuelven plata prestada.
¿Imperios? La carcajada
se ha de escuchar en la luna.
De las naciones, ninguna
tiene el poder. Que el tesoro
-de oro, acciones, plata y oro-
es de unos pocos. ¡Fortuna!
[la noticia]