sábado, 14 de septiembre de 2019

Alelucha

Llueve. Las puertas abiertas
ceden paso a la frescura
del agua, que limpia y cura 
y aviva gentes y huertas.
Como las plantas, despiertas
al ritmo del aguacero,
flor cuyo baile —ligero,
nuevo, feliz, soberano—
me viste de ser humano
liberado y verdadero.