Ese Stanford ha seguido
a Madoff -tan animado-
que en su negocio ha estafado
a miles, con poco ruido.
Se escondió, ¡qué prevenido!
No quiere la indigestión
de visitar la prisión
por unas horas siquiera...
¡Ladrón de gran billetera
siempre escapa al paredón!