domingo, 16 de junio de 2019

Papá

El mío fue extraordinario
(concedo, porque era mío);
su carcajada era un río,
su amor, la fe de un templario.
Siempre inquilino precario
de la desgracia, un hogar
fue conmigo. No hay lugar
sin él. ¡Yo cómo pudiera
ser —hija— timón, bandera,
brújula y vela en tu mar!