
Acepto que la locura
se difunde por el mundo
con un desprecio profundo
por la vida, ¡qué impostura!
Allá en Chile, una criatura
(¡diecisiete!), adolescente,
acuchilló brutalmente
-por una computadora-
a su abuelo. ¡Qué demora
este soñar con ser gente!