martes, 5 de febrero de 2008

Colombia: millones marchan contras las FARC



Cuando millones de voces
le dicen "no" al terrorismo
queda muy claro el abismo
entre fieros y feroces.
Héroes bellos, precoces,
son los fieros y los bravos,
los feroces son esclavos
del odio y la destrucción.
Los fieros son hormigón,
los feroces solo clavos.

Los fieros marchan valientes
por amor a la justicia,
se enfrentan a la estulticia,
leales y consecuentes.
Los fieros son exigentes
tan solo con ellos mismos,
lejos de los fanatismos,
serenos en la batalla,
su voz es la luz que estalla
con coraje y optimismo.

Los feroces son cobardes
que solo tienen valor
en la cólera y su horror
de exageración y alardes.
En la sombra de las tardes
los feroces escondidos
esperan como bandidos,
emboscados, traicioneros,
lobos que cazan corderos
débiles y malheridos.

Los fieros no buscan gloria,
poder, Edén, ni fortuna,
de sus batallas ninguna
busca medallas o historia.
Luchan hasta la victoria
o hasta que llegue la muerte,
no los asusta el más fuerte
ni les espanta el final,
luchan por un ideal,
no por ambición ni suerte.

Los feroces son las ratas
que a la primera de bastos
huyen mojando los pastos
con el rabo entre las patas.
Buenos para las bravatas,
pequeños ante el coraje,
valientes en el ultraje,
miserables en el duelo,
serpientes que por el suelo
arrastran hiel y chantaje.

Cuando millones de fieros
alzan el rostro y la voz
tiembla cobarde el feroz
en sus momentos postreros.
Van los feroces arteros
asesinando a traición
pero cuando el corazón
de los fieros se rebela,
basta la luz de una vela
para armar a una nación.

La gente ya dijo basta
de secuestros y extorsiones,
basta ya de las traiciones
de estos cobardes sin casta.
Quien hace rifa y subasta
del hombre y su libertad,
quien pisa la dignidad
y escupe la fe del hombre,
no tiene perdón ni nombre
ni sitio en la sociedad.

Cuando un pueblo se levanta
no hay armamento que pueda
romper ni parar la rueda
que se anuncia y se adelanta.
Cuando una sola garganta
lleva la voz de millones,
las feroces ambiciones
de los feroces son lodo
y el amor, lleno de todo,
¡vuelve a los fieros leones!