
Muy democráticamente
(medio siglito después)
Fidel retira los pies
del cargo de presidente.
Para seguir consecuente
(y no por ser monarquía)
aquel que declaró un día
"¡Patria o muerte, venceremos!"
le habrá de entregar los remos
a Raúl, ¡qué epifanía!