Al final, ya lo sabemos,
los políticos -¡malditos!-
habrán de apagar sus gritos
con burocracia, ¡blasfemos!
Aunque les rompan los remos
y corrompan su ilusión,
yo celebro la pasión
de los jóvenes valientes
que luchan y están presentes
en cada revolución.
[la noticia]