Los «designios de la vida»...
Suena a Zéus o Yavé
(que cada cual con su fe
se lama y cure su herida).
Pero darle esa medida
—¡vamos!— a un crimen tremendo
sugiere poner remiendo
y miel a un ruin delincuente
que asesinó —presidente—
premeditando y sabiendo.