Otro domingo en la tierra 
de «mañana no se sabe», 
donde la inocencia cabe, 
pero el mal no se destierra. 
Rabia, perdón, paz y guerra 
conviven en mi ciudad, 
siempre gris, ya sin edad, 
menos bandera que escudo, 
grito con que un pueblo mudo 
nos exige la verdad.