Aléjate de la sombra,
del susurro, de la trampa,
que tarde o temprano escampa
(si la muerte no te nombra).
Sea de espinas o alfombra
la ruta que se presenta,
tú sigue andando, y alienta
la sed de un mejor futuro;
no temas al cielo oscuro,
que ha de pasar la tormenta.