Él dice que está curado,
que está sano, como un toro,
que un doctor -¡su peso en oro!-,
allá en Cuba, lo ha salvado.
¿Cáncer? ¡Cosa del pasado!
Pero los opositores
declaran que los rigores
de la enfermedad son graves...
¿A dónde se irán sus naves,
al Sacro o a Miraflores?
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