viernes, 18 de mayo de 2007

Mercado de Santa Anita


Ni el obispo Bambarén,
ni la ley, ni la justicia,
encontrarán la pericia
ni lo podrán hacer bien.
No lo digo con desdén,
habremos de quedar mudos
cuando diez mil testarudos
—invasores a degüello—
defiendan el atropello
con sus hijos como escudos.