Ministra Miceli explica al presidente Kirchner el origen del dinero hallado en su oficina
Ese dinero no es mío,
no señor, es de mi hermano,
me lo prestó el buen cristiano
y yo casi lo extravío.
¿A él? Seguro mi tío,
no lo sé, no pregunté;
yo actúo de buena fe,
solo quiero una casita...
el efectivo me evita,
¡Santa Evita!, un pagaré.