Iglesias (digamos dos,
la de la cruz y el político)
sufren de un momento crítico
de esos como estar sin Dios.
Digo, Iglesias sufre tos
(se atoró, ¡menuda espina!).
Duro es combatir la ruina
del asqueroso dinero
—¡poderoso caballero!—
cuando en la casa hay piscina...