domingo, 22 de noviembre de 2020

Sin pretensiones

Sin pretensión de poema
(¡quién soy para pretender!)
quiero contarte, mujer,
de este fuego que me quema.
No temas, no es gran problema
ni una tragedia ni un peso
que me hiera ni el proceso
que me fulmine o me quiebre;
solo es la sed de una fiebre
que se cura con tu beso.