domingo, 5 de agosto de 2007

Esta no es una conversación entre Alejandro Guerrero y Genaro Delgado Párker...


—Señor... —¿Aló, quién es?
—Genaro, le habla Alejandro,
es que resulta... —¿Aló, Sandro?
—Alejo... —¡Habla claro, pues!
—Señor... —¿Me llamas después
de ese desastre? —Señor...
—¡Una verguenza, un horror!
—Pero la huelga... —¿La acelga?
—No, señor, hay una huelga...
—¿Tú la apoyas? —No. —¡Traidor!

—Yo he sido fiel... —¿Quieres plata?
—No, pero... —Nada de peros,
yo y tú, somos caballeros...
—Pero señor... —¡Cuánta lata!
Basta ya de perorata
y vamos hasta el asunto,
a ver, dime, te pregunto,
¿pusiste lo que te dije?
—Señor, nuestra línea exige...
—¡No lo digas!, soy difunto...

—Si ve el canal estatal...
—No lo veo y no me importa,
mi orden fue clara y corta,
lo pones aunque esté mal.
—Pero Genaro... —Fatal
quedé con el Presidente...
—Es que era tan evidente...
—¡Valgame Dios! Si eres bruto,
¡hasta en el grado absoluto!
—Señor... —Te lo dije: "¡urgente!"

—¿Quieres que me gane un lío
con quien me salva y me cubre,
el bueno que no descubre
aguas turbias en mi río?
—Yo no quise... —¡Tu albedrío
ve vale cinco centavos...!
—Pero, no somos esclavos,
Gena... —¡Su incapacidad
me ha afectado! —La verdad...
—¿La verdad? ¡Son unos pavos!

—Pero... —¡El programa es basura!,
¡me averguenzo del canal!
¿Quién dirije ese camal
de bestias sin compostura?
¿El rating? ¡Una negrura,
un desastre, una porcata!
¿A quién le importa si mata
una mala madre a un hijo?
¿Es que hablo chino? ¡Carijo!
—Señor... —¡Traidor! ¡Garrapata!

—Entonces, señor, mañana
dirija usted... —¿Qué, ingeniero?
—Que dirija el noticiero
y veremos si me gana...
—¿Me está retando? —Se ufana
de ser mejor, don Genaro...
—Sabrá que mi tiempo es caro
y no tengo... —Si lo sé,
no tiene patria y su fe
es el oro... —¡Qué descaro!

—No pretendo ser grosero...
—Sí, seguro..., ¡pobre chico!
Cuando querías ser rico
te gustaba mi dinero.
¡Ay, aguerrido guerrero,
¿recuerdas cuándo tu honor
lo vendiste, (y tu color,
tu integridad y tu pluma)
por la generosa suma
que te dio el mejor postor?

—Yo, señor, no le permito...
—¡Me lo permite mi plata!
—Pues la va a salir barata
esta vez, señor Delito...
—¡Ingrato —¡Zafio! —¡Detrito!
—¡Estafador! —¡Embustero!
—Me ofende y, aunque lo quiero,
lo siento, ¡voy a colgar!
¡Y no vayan a pensar
que hablan Delgado y Guerrero!