Ella «no», él «¿todavía?»,
que la falta de experiencia,
que mi madre, que la ciencia,
que aún no ha llegado el día.
De repente, la alegría
llegó a la puerta (de él)
y supo, piedra y cincel,
que era el momento indicado
y se rindió (enamorado)
de otros ojos y otra piel.