martes, 18 de septiembre de 2018

Prudente historia de amor

Él tomaba su café
como a golpe de las ocho;
siempre queso con bizcocho
remojaba ella en su té.
Se saludaban de «usté»
(sin «d», coloquial, prudente);
lo suyo no fue lo urgente
de la pasión juvenil,
fue un beso amable y gentil
que se dieron lentamente.