Ella era el mar, ella el cielo,
juntas hacia el horizonte,
se hallaron subiendo un monte
de nevadas y deshielo. 
Se amaron —piedra y consuelo 
contra el horror de la muerte—, 
y algo tierno y algo fuerte 
las volvió luz entre sabios;
cuando se besan, sus labios 
son valor, futuro y suerte.