Fanatismo: La fragancia
más amarga, repulsiva
más amarga, repulsiva
repugnante, primitiva,
retrógrada, infecta y rancia.
Dueños de su irrelevancia
(y de un pelotón de idiotas),
los fanáticos (con botas,
con sotana o guayabera),
tienen la exacta manera
de rebuznar sus derrotas.