La pregunta es imposible
de responder porque nada
(nadie, digo, ¡qué clavada!)
se nos presenta creíble.
de responder porque nada
(nadie, digo, ¡qué clavada!)
se nos presenta creíble.
La corrupción (combustible
que todo incendia) resiente
la confianza y estridente
contamina (¡miserables!).
Si todos somos culpables,
hasta el diablo es inocente.