viernes, 24 de noviembre de 2017

¿Quién moraliza?

La pregunta es imposible
de responder porque nada
(nadie, digo, ¡qué clavada!)
se nos presenta creíble.
La corrupción (combustible
que todo incendia) resiente
la confianza y estridente
contamina (¡miserables!).
Si todos somos culpables,
hasta el diablo es inocente.