Me voy de vacaciones unos días,
descansarán de mí, de mis sonetos,
de mis versos porfiados, indiscretos,
y de mis décimas sin melodías.
Han de seguir sembrando porquerías
los canallas de siempre, los sujetos
que son abuelos y que fueron nietos
de miserables. ¡Qué legión de arpías!
Yo me voy a Hong Kong o a Singapur
o al diablo, que es igual, si todo es ruido,
si todo es distracción y azar y albur.
Les prometo volver. Que lo prohibido
siempre fue mi lugar, porque un tahúr
tiene que ser audaz y entrometido.