martes, 8 de diciembre de 2009

El ilegal

Somos millones pero yo soy uno,
estamos separados por el miedo,
trabajo en lo que encuentro, en lo que puedo,
soy todos y, también, soy el ninguno.

Vine porque mejore el desayuno
de los que allá dejé y acá me quedo,
renuncié a mi lugar pero no cedo
mi costumbre o mi fe, ¡qué inoportuno!

Los de acá me utilizan, soy barato
(sin papeles es menos el jornal
porque la Migra llega en cualquier rato).

Me necesitan y yo acepto igual
que me exploten un poco. Es un buen trato
la mala paga para un ilegal.