¿Amor? Esa palabra tan extraña
me recuerda los tiempos en que aún
me hacía el corazón como un runrún
(que hoy solo me devuelve la champaña).
Es como exagerar decir "patraña";
es un acuerdo tácito, común,
según nos entendamos y según
sigamos escalando esta montaña.
¿Si me es infiel? No tengo la certeza.
¿Si soy infiel? A veces en la cama
se impone la brutal naturaleza...
Él paga por la madre y por la dama.
Yo pagué con mi cuerpo y mi belleza.
Ni quejas ni reclamos. No es un drama.