Dicen que la política es aliada
del mal, la corrupción, la sombra, el ripio,
y sea concejal de municipio
o presidente, todo es mascarada.
Política es poder, sin él no hay nada.
"Yo fui elegido" (¡me encanta el participio!),
que si el poder es dios, yo soy principio
y razón y final de esta emboscada.
Hago lo que hay que hacer. No venga el crítico
que nada decidió, con voz absorta
a declarar: "qué mal este politico".
No diré que soy bueno. No me importa
ese juicio moral del paralítico.
Soy lo que soy. La vida es dura y corta.