Si crees que alguien manda sobre el trueno,
el gavilán, la lluvia o el bisonte,
que gobierna sobre el rinoceronte,
el huracán, las nubes o el veneno.
Si crees que hay un Dios, noble y sereno,
si es Yavé o es Alá o el sol o el monte,
si te hace más feliz el horizonte,
y te da paz, magnífico, qué bueno.
Pero si en nombre de esa fe sagrada
me condenas al fuego o al abismo,
a la bomba feroz o a la granada.
Si tu dios, tu locura o fanatismo
levantan contra mí furia y espada
no pidas que respete tu extremismo.