Dividimos en bandos a la gente,
a cada cual le damos su bandera
y sembramos en todos la quimera
de que es posible un mundo diferente.
Hacemos de un cobarde un ser valiente,
e inventamos la forma o la manera
de convertir la falsa en verdadera
y volver adalid a un delincuente.
Creamos propagandas con engaños,
sembramos el temor por la desgracia,
el extranjero, el mal y los extraños.
Juntamos ignorantes con audacia
para que voten cada tantos años...
¡y ya tenemos una democracia!