Este disfraz absurdo y de colores
me sirve de negocio, me alimenta;
cuanto más esté la gente más contenta,
dará mejor propina. Sí señores.
Soy el rey de los reyes impostores
y mi torpe idiotez, tan fraudulenta,
me sirve para el pago de la renta
y apaciguar a mis acreedores.
Vivo de hacer reír con tonterías
que invento, que me copio, que repaso,
que vuelvo a repetir todos los días.
Conozco el llanto, el hambre y el fracaso.
¿Quién me quiere comprar las alegrías?
Hago reír, no río. Soy payaso.