jueves, 26 de noviembre de 2009

El vendedor de armas

Si se quieren matar, no es mi problema,
este es mi oficio y a esto me dedico.
¿Qué culpa tengo yo, de hacerme rico
mientras el mundo estúpido se quema?

No me remuerde culpa ni dilema;
si ellos se matan, yo no los critico.
No tengo comprador grande ni chico,
"a todos por igual", ese es mi lema.

Vendo tanques, también barcos, aviones
y helicópteros viejos -con descuento-,
dinamita, granadas, municiones.

¡Cómo crecen las ventas de armamento
cuando se matan -bestias- las naciones!
Las guerra es mi negocio. Fin del cuento.