Parece que, al final, ya nada importa,
que el mundo se irá andando a la deriva,
con gente medio muerta, medio viva,
con una humanidad triste y absorta.
Nadie limita nada, nadie corta,
nadie detiene el agua fugitiva,
y las bestias ya hicieron comitiva
que al tiempo de los brutos nos transporta.
Que se salve quien pueda, quien soporte
con buena voluntad o malos tratos
por ganas de existir o por deporte.
Cuando todos perdamos los zapatos
y venza la maldad y nada importe,
gobernarán los perros y los gatos.